Marta es perfeccionista. Para ella todo puede mejorar, todo se puede alcanzar con el debido esfuerzo y si puedes emplear más tiempo en profundizar las cosas, mucho mejor. 

Pero en el teatro las cosas cambian. De repente, cuando está en el escenario, suelta el control y se lanza y se deja en manos de la intuición y del instinto y tenemos la gran suerte de presenciar una magnífica interpretación, llena de vida, original, inesperada. 

Todo lo que le he propuesto a nivel interpretativo, lo ha hecho confiando y dejándose guiar.

¡Que bella es Marta y que presencia escénica tiene! Es una de aquellas personas que tienen clase, debido a la educación y a los cuidados que sus padres le han proporcionado. 

Ha sido un placer tenerla en la escuela estos años, verla crecer, convertirse en una mujer segura y compasiva. Ha llegado la hora de que Marta de un paso más. Hace un mes, recibí el mensaje de alegría: “he entrado en la carrera que quiero”.

Yo no lo he dudado en ningún momento. Tu camino es tuyo y es el que te has construido durante todo este tiempo con esfuerzo y dedicación. ¡Suerte Marta! Te quiero mucho, mucho, mucho. Laura 🙂